De la prevención y reducción de la
demanda de drogas en México (2010)
demanda de drogas en México (2010)
E López G
Las condiciones de vida de cualquier sociedad establecen y delimitan la salud de sus integrantes, las adicciones como enfermedad, como trastorno y como problema biopsicosocial han hecho mella en una parte significativa de ciudadanos de todo el mundo, ante lo cual se puede dilucidar que las sociedades modernas con sus estilos de vida y condiciones socioeconómicas culturales y sociales hacen propensos a sus integrantes al riesgo de consumo de drogas psicoactivas en forma problemática, abusiva y de pronóstico de enfermedad crónica.
Existe a nivel social, familiar e individual una vulnerabilidad psicosocial ante la oferta de drogas, la cual provoca que cuando las personas tienen conocimiento o contacto con las sustancias psicoactivas, la mayoría de esta población no será afectada, pero una parte importante de la misma y que esta creciendo en cantidad, harán uso con fines recreativos, otros abusarán de su consumo en forma riesgosa, algunos más se harán dependientes y por último están aquellos que se volverán adictos a dichas sustancias, las cifras que emanan de los diferentes estudios hacen observable esta situación, además el consumo se inicia cada vez a más temprana edad.
La vulnerabilidad psicosocial se traduce también en una vulnerabilidad individual dada por las condiciones de vida y de desarrollo personal dentro del grupo familiar, comunitario y social, esta vulnerabilidad se da tanto en ricos como en pobres, la diferencia es que, lo de más recursos tendrán mejores condiciones y oportunidad para ser rehabilitados y los de menos recursos tendrán menores o casi ninguna oportunidad de salir adelante; además la pobreza, la exclusión social, el abandono, la inseguridad y las faltas de oportunidad en el desarrollo personal, son factores que construyen y a su vez detonan esta vulnerabilidad, las personas crecen y se desarrollan en estas condiciones, ante lo cual tendrán poca oportunidad de tener las condiciones mínimas necesarias para su sano desarrollo físico y mental. Hacer menos vulnerables a las personas se convierte en una de las mejores respuestas para el manejo adecuado de las drogas, hacer menos vulnerables a las personas funciona, siempre y cuando las condiciones socioeconómicas de vida también mejoren, hablamos de condiciones de vida mínimas para un sano desarrollo; cuando se trabaja en rehabilitar a un consumidor problemático de drogas y este vuelve a observar su realidad sin estar intoxicado, de una manera lógica vuelve a encontrar atractivo el consumo, pues es mucho menos amenazante estar intoxicado que tener que vivir sus condiciones de vida cotidianas.
Las drogas psicoactivas tienen entonces con estas condiciones de vida personales, elementos suficientes para convertirse en un problema para las personas, las familias y las sociedades, mientras se siga descuidando la salud física y mental de las personas, las drogas seguirán teniendo terreno fértil para la dependencia y la adición.
Las drogas psicoactivas han estado y seguirán estando presentes en el desarrollo de la vida de las personas, unas legales otras ilegales, algunas producen daños fatales otras daños menores, todo parece indicar que la existencia y oferta de drogas legales e ilegales estará presente, al menos, a lo largo de este siglo.
Vale la pena diferenciar los resultados que se han dado en cuanto al uso y algunas de sus consecuencias con drogas legales e ilegales, del primer grupo casi la mitad de la población tiene acceso a ellas por su fácil disponibilidad, de ahí una parte de la población llega al consumo problemático y dependiente, siendo este grupo el de las legales las que más problemas, enfermedades y muertes causan a nivel mundial. Al grupo de las drogas clasificadas como ilegales la población en general tiene menor acceso por su propia característica jurídica, siendo que menos personas tienen contacto con ellas al igual que en las legales, la gran mayoría no tendrá problema alguno con ellas, pero una parte de esta población ira al consumo problemático y dependiente, y otro a la adicción, siendo en volumen de población mucho menor al de las legales.
Los países han establecido normatividades en cuanto al uso, tenencia y comercialización, de drogas psicoactivas derivado de lo cual es visible que no se ha logrado establecer un control adecuado y efectivo, un manejo lo suficientemente razonable para mantenerlas fuera del alcance para usos nocivos de la salud mediante el cual las personas puedan convivir con las sustancias sin producirse daño ni perjuicios.
A nivel mundial se han establecido acuerdos y políticas para el control de estas drogas, ubicándose en dos grandes vertientes: el ataque a la oferta y la reducción de la demanda, hasta la fecha la estrategia mundial para el control de las drogas no ha funcionado lo suficiente como para evitar que personas comunes, ciudadanos de cualquier comunidad y ciudad quedan protegidos lo suficiente como para no llegar a convertirse en dependientes o adictos a estas sustancias.
Los gobiernos invierten en general más recursos en atacar la oferta, y menos en reducir la demanda, en países como USA la proporción es por cada tres dólares que se invierten en atacar la oferta se invierte uno en reducir la demanda, para México (2010) la proporción es increíblemente diferente y reducida: por cada 21 pesos que se invierten en atacar la oferta lo que se invierte en reducir la demanda no alcanza ni siquiera un peso. En México la falta de recursos obliga a no hacer lo que se debería de hacer, hacer muy poco, casi nada y tratar de justificar que lo poco que se hace se esta haciendo bien.
Actualmente los ejes de reducción de la demanda son en general: la prevención, el tratamiento y la reinserción, los cuales pueden ser insuficientes si no se observa el consumo de drogas como un problema: complejo, de origen y efecto biopsicosocial, el cual debe contar con visión de salud pública integral enfocados a la salud física y mental, con desarrollo de condiciones socioeconómicas suficientes y óptimas para las personas, con un manejo interdisciplinario, y un abordamiento individual, familiar y comunitario.
Las cifras de incremento en el consumo y de menores edades de primer contacto con las sustancias psicoactivas, permiten pensar que el problema sigue avanzando y se hace cada vez más difícil de manejar y controlar, los informes de resultados alcanzados en diferentes partes del mundo muestran resultados que no permiten tener confianza que con lo que se ha hecho en el pasado y se esta haciendo en el presente se logre un manejo adecuado de las drogas y reducir el problema. Los sistemas de justicia se colapsan por el volumen de expedientes ligados al narcotráfico, se han multiplicado los delitos ligados al trafico ilegal, los sistema de salud se vuelven inmanejables desde lo financiero y lo clínico por los trastornos asociados al consumo de drogas; el manejo del combate a las drogas esta afectando a ciudades enteras metidas en una lógica de guerra y guerra de guerrillas urbana, las familias sufren desde lo emocional y lo económico, y los consumidores de drogas en muchos de los casos siguen siendo proclives a un uso inadecuado y riesgoso de las mismas.
Por lo anterior, hoy es importante plantear y replantear una vez más:
- La comprensión del uso de las drogas.
- la legalidad y la ilegalidad de sustancias psicoactivas.
- El diagnostico y atención a la vulnerabilidad psicosocial de las sociedades modernas ante el uso y manejo de las drogas.
- El combate a las drogas.
- La distribución no equilibrada de la asignación de los recursos para atender el fenómeno de las drogas.
- Las visiones locales y regionales más óptimas versus visión global de la atención al problema de las drogas y su manejo.
- La atención a la demanda que será incompleta si solo se basa en la visión actual predominante de prevención, tratamiento y reinserción social, sin considerar el desarrollo social y económico de las comunidades.
- La educación y la salud mental orientadas a reducir la demanda de drogas.
- Ningún sector de la sociedad, por si solo logrará la solución al problema de las drogas, hoy se sabe que se requiere de trabajo en equipo, inter y multidisciplinario, con participación activa de todos los sectores sociales.
- La desarticulación del poco trabajo que se hace.
- La necesidad de establecer un plan y programa nacional para la reducción de la demanda de drogas en México, basado en una política definida y clara, con recursos suficientes para la infraestructura y operación.
En México parece iniciase un pequeño cambio en la política del manejo de las drogas psicoactivas, existen a nivel mundial un sin número de experiencias que muestran lo que no habría que hacer en materia de políticas públicas de drogas y lo que si habría que hacer y mejorar, guiarse de las experiencias exitosas, adaptarlas y crear aquellas que sean necesarias para las condiciones del propio país y cada región representan el gran reto, además existen a nivel nacional experiencias que deben ser revisadas y tomadas en cuenta. Las decisiones que se tomen deberán estar basadas en la evidencia, en la investigación y en la experiencia, se tiene ahora la oportunidad de seguir avanzando y construir las soluciones que se requieren para estos problemas.
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